Talleres, labs y gromenauers de guión

¿Son siempre útiles los laboratorios de guión? ¿Siempre y para todo el mundo? No. También se podría contestar: “Pues según para qué”.

Hay infinidad de gromenauers (feliz palabro que usan en Bloguionistas) distintos, y sirven para distintas cosas. En algunos el foco está en el guión: en ayudar al guionista a mejorar SU HISTORIA. En otros, lo que se pretende es que los proyectos seleccionados se PRODUZCAN, organizando encuentros con posibles compradores. Algunos priorizan la FORMACIÓN de los participantes: que aprendan a escribir y vender ese y cualquier otro proyecto. Incluso los hay que quieren ATRAER RODAJES a una región en concreto, o fomentar las COPRODUCCIONES, o paliar las DESIGUALDADES impulsando la carrera de guionistas mayores o guionistas jóvenes, o de guionistas rurales o con hijos pequeños a su cargo. Habría más. Y obviamente estos objetivos, o algunos de ellos, se van mezclando en casi todas las iniciativas.

También son muy variados los objetivos de quienes se presentan a un gromenauer. Desde gente que quiere establecer un PRIMER CONTACTO con la industria hasta gente veterana que lo que quiere es SALIR DE SU RUTINA y poder pensar y comentar su guión en un entorno donde te ponen un plato en la mesa sin tener que cocinarlo ni nada. Gente que va a talleres porque LES MANDA su productora; gente que espera CONOCER ahí a su productora; gente que quiere añadir un SELLITO a la portada de su guión o una línea a su C.V.; gente que quiere que le asesore alguien a quien no podría pagar su TARIFA de mercado; gente que quiere que le impongan una DISCIPLINA de plazos y entregas; gente que quiere el DINERO del premio, que a veces haberlo haylo. Habría más. Y obviamente estas motivaciones, o algunas de ellas, se van mezclando en cada caso.

Ca quién puede tener una idea de “para qué deberían servir los labs” o “cuál es la mejor motivación para asistir a uno”. Mi idea -y a partir de aquí hablo solo según mi experiencia y mi gusto personal, así que tú verás si quieres seguir leyendo- es que deberían servir para mejorar tu historia (con el “tu” subrayado) y que deberías asistir para mejorar tu historia (con el “tu” subrayado). Respeto el resto de posibilidades, aunque desde mi perspectiva de story editor es frustrante cuando alguien va por el sellito o por el dinero, pero no tiene intención de replantearse nada de su proyecto.

Las razones de los asesores para asistir a gromenauers son también muy variadas. Por dinero o por amor al arte, por el prestigio o por tomarse un respiro del trabajo habitual, por la oportunidad de viajar a un sitio maravilloso o de compartir el tiempo con un montón de gente a priori creativa e interesante, por contagiarse de la energía de los proyectos y profesionales que empiezan, por hacer contactos.

Quien acepta la invitación de asesorar en un taller entiende que va ahí para ser útil a los participantes. Tiene que respetar la visión del autor y a la vez ayudarle a cuestionarse sus decisiones previas, aunque sea para reafirmarlas. Es un equilibrio delicado, y ante una misma asesoría alguien puede salir con la frustración de que no le entiendan o le presionen, y alguien con la insatisfacción de que no le hayan dicho nada que no supiera. Es imposible (aunque se intente) no dar tu opinión subjetiva acerca de una historia, pero no creo que nadie quiera conscientemente imponer su propia visión.

En fin, pues había sacado un rato para reflexionar sobre este artículo, pero se me ha acabado el rato y ni he empezado con el artículo. Como ya está quedando larguísimo, aquí lo dejo, y me propongo continuar. Si quieres aportar tu opinión, experiencia o diatriba, no dudes en escribirme.