Qué quiere el público.

Si estás escribiendo un guión, deberías preguntarte en cada secuencia de qué está pendiente el público en ese momento: qué quiere averiguar, qué quiere que pase. Haz el esfuerzo de ponerte en su lugar. Presuponer que estarán sentados frente a la pantalla ansiosos por saber, en general, qué pasa luego, o qué otros matices de tu visión del mundo vas a compartir con ellos, o qué otra peripecia ha podido parir tu fértil imaginación, es tan arrogante como ingenuo. No digo que tengas que satisfacer sus expectativas: digo que tienes que tenerlas en cuenta... y procurar, al menos, que tengan alguna.