Pompas de jabón

Como en algún momento anuncié que escribiría acerca de cosas sutiles, ingrávidas y gentiles, para compensar un post acerca de tarifas, llevo unas semanas dándole vueltas a una idea que no sé expresar del todo, y es que lo que más me gusta de una película en la que trabajo son las reuniones iniciales de guión. En un borrador que perdí cuando murió mi portátil, intentaba comparar ese inicio, ese primer pitch, esa primera lectura de ese primer material, con el entusiasmo de un niño que ve a otro soplando a través de un aro enjabonado para hacer pompas de jabón. Ahí salen: brillantes, prometedoras, efímeras, precarias y flipantes en general. Con todos los colores del arcoiris insinuándose en su superficie. Únicas, ligeras, mágicas.
El proceso de producción de esa película lleva a que las pompas de jabón se conviertan en canicas. Igualmente esféricas, y de colores, y medio transparentes. Pero, claro, no es lo mismo. No se pueden vender (ni conservar) pompas de jabón y sí se pueden vender (y conservar) canicas. Y mejor trabajar en la industria de la canica, me digo, que al fin y al cabo es inútil y para jugar; que, por ejemplo, en la industria del tornillo, que es una cosa seria y se me antoja aburrida que te mueres, con todo mi respeto por los ferreteros.
Pero la promesa de esa burbuja que flota entre sutiles destellos, el sueño de la burbuja congelada y eternamente única, eso nunca se cumple. Pocas veces cautiva más la canica que la pompa. Pocas veces es mejor lo real que lo potencial.
El otro día, en el Mega, decían que siempre se paga menos por una película terminada que por la idea de una película que se cuenta en un pitch. Decían que la preventa siempre tiene un precio más alto que la venta. "Porque nunca la realidad se ajusta a las expectativas", venían a decir, y pensé que esta cosa tan íntima y personal de preferir lo posible a lo tangible resulta que es una verdad universal que hay que tener en cuenta en el mercado.
Mi post ingrávido y gentil ha acabado siendo un consejo práctico para productores primerizos. Cobra por la pompa de jabón y no esperes a la canica. A todo el mundo le gusta más la pompa que la canica.