Orden de ordenador

Siempre cuando acaba agosto me lanzo a monumentales limpiezas de primavera -en Peter Pan son limpiezas de primavera, y me gusta, aunque la mía sea en septiembre- y ordeno los papeles, ordeno los calcetines, ordeno el ordenador.
Ordenar la carpeta "guiones" resulta una buena auditoría de cómo ha ido el año, y lo hago con una solemnidad ritual.
Tengo una carpeta de "pendientes", otra de "guiones" y otra de "guiones antiguos".
En "Pendientes", o la pelota está en mi tejado, o la pelota va de mi tejado al tejado ajeno (del guionista, de la productora) a buen ritmo.
En "guiones", la pelota lleva una buena temporada en el otro tejado. Esperando la luz verde a esa nueva versión, esperando porque no hay ayudas al desarrollo, porque las teles no compran, porque el director está en otro proyecto, porque el guionista se cansó o el productor se cansa, porque haría falta un sí de alguien y ese sí aún no ha llegado. A veces esa pelota se queda en el tejado indefinidamente. Y entonces, tras mucho dudar, selecciono la subcarpeta de ese proyecto y la arrastro a "guiones antiguos". Y hay algo triste en ese ruidito que hace el ordenador al trasladar los archivos, algo de hasta aquí llegó el camino, algo de funeral.
No son sólo cadáveres lo que traslado a "guiones antiguos". A veces es que ha acabado mi papel en el proyecto, y sabré qué fue de él cuando me tope con su autor o productor en algún sitio.
Pero otras otras veces, sólo a veces, maravilla, ese proyecto que reposa en la carpeta "guiones" ya no es un guión sino una peli. También lo selecciono y lo arrastro a guiones antiguos y supongo que el ruidito es el mismo porque el ingenio de apple no da para tanto, pero a mí me suena diferente: suena a misión cumplida, a clarines de victoria. A ese proyecto le llegó aquel sí, o la tele lo compró, o le cayó algún premio o el productor mantuvo el entusiasmo. En muchos "guiones antiguos" hicimos, su guionista y yo, todo lo que estaba en nuestras manos. Pero no dependía sólo de nosotros, ni el triunfo ni la derrota, ni será para nosotros la vergüenza ni la gloria. Y cuando he trasladado ese guión hecho película, oigo algo como así.
Sin el anuncio quedaría mejor.