Pedro A. Ramos García, 6 Agosto de 2007
Los manuales sirven para afianzar conocimientos, para señalar lo que uno mismo descubre después de muchas horas de escritura en solitario, para subrayar los defectos cuando releemos y, sobre todo, para hacernos preguntas, pero no enseñan a contar historias.
Hay muchas personas que creen que pueden aprender a escribir historias leyendo un libro, quizá por eso Ana Sanz-Magallón resta importancia a su “no manual” en la introducción: “Ojo. Esto no es un manual de guión. No intenta ser exhaustivo, no enseña a escribir guiones excelentes.” Tiene razón.
Cuéntalo bien es un libro ameno, muy interesante para aquellos que quieran adquirir una visión global del proceso de contar historias -cuyos principios básicos, según la autora, “no son otra cosa que sentido común.”-; un libro del que se pueden extraer generalizaciones como que la presentación de los personajes debe ser breve, las historias tienen que acabar bien y “las historias interesantes hablan de alguien que actúa para conseguir un objetivo que le resulta difícil”.
Además, está escrito con soltura y utiliza y reutiliza las mismas historias (catorce en total) para explicar su punto de vista, pues la autora, a diferencia de otros manuales de guión -escritos como si de la palabra de Dios se tratase-, no se esconde en ningún momento. A esto, sin duda, ayuda el tono coloquial y el carácter cotidiano de los ejemplos utilizados; en lugar de recurrir a guiones de películas, demuestra sus teorías con chistes y anécdotas que pone en boca de esos amigos o conocidos que nos “amenizan” la velada y a los que dedica sus últimas líneas “No todos podemos inventar historias fascinantes, pero con sentido común podremos contar mejor nuestras propias historias. Seguro que quienes nos escuchen nos lo agradecerán…”