Hechos reales

Últimamente cada vez me gusta más trabajar en guiones basados en hechos reales. Me gusta la lectura previa y googlear, y descubrir cosas que pasaron que nadie creería si fueran inventadas. Es apasionante seleccionar acontecimientos y enlazarlos en esas cadenas de causas y efectos que buscamos en el cine. Apasionante y moralmente complejo.
Estoy pensando en aquello de "los hechos son sagrados, las interpretaciones libres", pero, al fin y al cabo, todo es interpretación. Todos interpretamos, y en todos los sentidos. Cómo contar "el hecho" y ser veraz, si ni siquiera lo vemos como es, si otro observador lo cuenta diferente. "Se puede ver de las dos maneras", dicen los tolerantes. Como el video de más abajo: la de broncas que he presenciado entre dos personas que no se pueden creer que la otra no lo vea como una lo ve.
Pero es así. Lo ve -y por tanto lo narra- diferente. Así, por ejemplo, los decibelios de los peregrinos y los decibelios del orgullo son percibidos de forma distinta por distintos tímpanos. Es como lo de la dichosa bailarina. Por qué nos costará tanto respetar al que oye diferente. Sobre todo si es feliz con su tímpano, con su convicción y su bandera.