Para ser analista de guión vienen bien cuatro cosas:
1. Saber cómo funcionan los guiones
2. Saber expresar tus ideas por escrito
3. Saber adaptarte al cliente
4. Que alguien te pida que analices un guión
Veo en internet que hay cursos bastante largos de análisis de guiones, y desde luego no seré yo quien desaconseje ninguna iniciativa de formación. De cursos, talleres y conferencias siempre, siempre, se sacan cosas útiles: lo peor que puede pasar es que no justifiquen el tiempo o dinero invertido.
A mí desde luego me vinieron de maravilla unas clases de la story editor Blair Richwood en UCLA, de las que recuerdo sobre todo sus consejos de estrategia (Por ejemplo: Si trabajas en desarrollo y eres mujer no te sientes cerca del café en la mesa de reuniones: en cuanto empieces a servir tacitas –“¿lo quieres solo o con leche? Ah, con una lagrimita. Bien, y ¿quieres azúcar?”- van a pensar que estás ahí para eso y pasarán de tus aportaciones).
En cualquier caso, muy poca gente quiere dedicarse al análisis como primer contacto con la escritura de guiones. Generalmente son licenciados en Comunicación Audiovisual, ex alumnos de un master de escritura, etc.
Es gente que en realidad ya sabe o debería saber teoría de guión. Gente que probablemente prefiera ganarse la vida escribiendo sus propias cosas y no trabajando en las de los demás, pero que cree que con el análisis puede aprender más, o puede ganar contactos o una reputación que luego le permita vender lo que escribe, o que puede sacarse unos euros.
De forma que, si ya sabes la teoría de cómo se escribe un guión, y no quieres o no puedes emplear tu tiempo o tu dinero en más clases, la buena noticia es que no son un requisito para ser analista.
Sí es un requisito, en cambio, saber expresar tus ideas por escrito. Saber resumir 100 páginas de guión en unos párrafos de sinopsis, por ejemplo. En las sinopsis es preferible imitar el tono del guión, y no escribir un leño pedante si estás resumiendo una comedia; ni una cosa ligerita y cuajada de guiños al lector si es un drama profundísimo. En cambio en los comentarios el estilo no importa tanto siempre que no haga insufrible su lectura. Un analista escribe para hacerse entender. Como decía en el post anterior, no se puede gustar a todo el mundo. Hay quien prefiere textos cercanos a lo oral, menos formales; y quien prefiere un estilo más serio o periodístico.
Si sabes que alguien reniega de las fórmulas y lo que huela a manual, salpicar tu informe de palabros en inglés -plot point, inciting incident, cliffhanger- no es muy buena idea. Adaptarse al lector del informe, si lo conoces, sí lo es. Y también, adaptarse a las intenciones de quien escribió el guión. Un ejemplo absurdo que suelo poner es el del story editor como dietista infantil: si entra un niño en tu consulta y te preguntan qué tiene que comer, pues dependerá: ¿quiere ser luchador de sumo o jockey? Porque la dieta no será la misma, y tú no decides qué tiene que ser de mayor. Tienes que averiguarlo, en la medida de lo posible.
Finalmente, y ya hemos llegado al punto 4 que mencionaba antes, para ser analista hace falta que alguien te pida que leas un guión. ¿Cómo consigues que te lo encarguen, si estás empezando?
Como este post se está alargando demasiado, otra vez, este tema lo dejo para el siguiente. Toma cliffhanger.