Estoy muy a favor de seguir aprendiendo siempre. Leer cualquier manual, asistir a cualquier curso, seguir en redes a cualquiera que enlace artículos interesantes o comparta citas.
Si la única inversión requerida es mi tiempo, soy generosa -unos minutillos al menos, por probar. Si la inversión también es de pasta, mi pasta, depende de quién sea ese “cualquiera” y de cómo de caro salga el experimento.
El curso de Scott Myers (lo sigo en X y me alegro de seguirlo) sobre escritura de escenas se centra en algo que me apasiona: el guión como lectura; como herramienta de venta y no tanto de rodaje.
Su libro, “Tha protagonist’s journey”, debe de estar muy bien, aunque yo no lo he leído aún.
El precio del curso, 49 dólares. Es online, de una semana, me pareció asequible. También porque había que pagar con paypal y, como cancelé mi cuenta, me tuvo que invitar mi pareja. O sea, que me salió gratis.
El curso. Cada día cuelga un artículo sobre un tema concreto de la escritura de escenas: Formato, escritura psicológica, la importancia de los verbos, etcétera. Y propone unos deberes: escribir algo, siguiendo unas bases, para aplicar lo leído. Un texto que cuelgas en un foro (es voluntario) y que el resto de participantes comenta (voluntariamente).
Aunque me apunté al curso para “ayudar a mejorar la escritura ajena” más que para mejorar mi propia escritura, intenté hacer los deberes, sobre todo cuando no tenían tanto que ver con el dominio del lenguaje. Porque, claro, es en inglés: si estuviera buscando curro yo pondría en mi cv que soy bilingüe… pero sería una mentira gorda. En español suelo decir lo que quiero decir y como quiero decirlo, y en inglés tengo que recurrir a las palabras que me sé. Ah. Una de las cosas que he descubierto con esta experiencia es que Google translator ha mejorado una barbaridad en los últimos tiempos. Creo que este curso también lo puede hacer alguien que en su cv diga “Inglés avanzado”.
A lo que iba: Imagino que, como cualquier cosa muy basada en la participación de los alumnos, la clave está en cómo de estimulante sea lo que te dicen esos alumnos. En este curso estábamos matriculados unos veinte, y activos en los foros éramos cuatro o cinco. Un poco decepcionante. Pero la vida te da sorpresas, y uno que se presentaba como ex convicto -inocente-, y que quería escribir una serie autobiográfica sobre su vida en la cárcel, resultó tener mucha intuición o conocimiento sobre dramaturgia, y decía "cosas chulísimas".
Todo el feedback recibido, muy majo. No hay que temer compartir ahí las cosicas que escribes porque, claro, es un safe space y además Scott Myers nada más empezar da instrucciones sobre “Constructive criticisim”, e insiste en empezar los comentarios con lo positivo (más razón que un santo, tiene), y así en positivo es como los participantes empezamos y a veces también acabamos.
En lo que a mí respecta, el mero hecho de escribir una cosa que no necesito escribir, aplicando técnicas que quizá no considero prioritarias, me ha resultado tremendamente útil. Las colgaba y cuando las releía esperando comentarios (otro punto a tener en cuenta es la diferencia horaria con Estados Unidos: me contestan mientras duermo y los días son de silencio en el foro), ya se me ocurrían formas de mejorarlas. ¿Me doy cuenta de más cosas ahora, cuando leo guiones? "Indeed".
Para finalizar hay una conferencia online, aún por suceder. Mientras escribo esto me pregunto si la gente tendrá la cámara encendida, y de ser así, si los tres o cuatro con los que interactúo serán como los imagino. Y me pregunto si en la charla se dirán cosas que no sepa, o se recordarán cosas que sé. Y si el ponente se entusiasmará y nos entusiasmará con lo que dice, o si cumplirá el expediente como parece haber hecho con su curso que, aun así, creo que me ha merecido la pena.
Personas humanas que estéis pensando en apuntaros: hacedlo. Pero, si podéis, poneos de acuerdo con colegas para apuntaros a la vez, y usad el foro como si no hubiera un mañana. Tendría mucho más encanto quedar en un bar para leer los ejercicios en voz alta y comentar, pero es que con la vida moderna, y las agendas, y las distancias y el no poder fumar en interiores…