Blog de guión

Desde enero sigo un nuevo blog de guión que hasta ahora se me había pasado recomendar.

http://guionistasvlc.wordpress.com

Muy poco elegantemente, mi recomendación casi coincide con su post sobre manuales de guión en el que se menciona Cuéntalo bien. Poco elegantemente pero por casualidad.

Taller de desarrollo en Perú.

Ayer terminó el taller de desarrollo de guión organizado por Conacine con la colaboración del Centro Español en Lima. Han participado diez historias muy distintas, de veteranos y noveles, hombres y mujeres, jóvenes y... jóvenes de espíritu, y -es imposible que se me olvide-, de limeños y de gente de otras regiones.
Ha sido agotador, para qué lo vamos a negar. Pero gracias a los debates que surgieron en las sesiones y a la exquisita amabilidad peruana y al verano en febrero y a los tiraditos y al inesperado cielo azul en Lima y a la causa, y al efecto de los chilcanos y al retablo ayacuchano y a Pachakuteq y a la cerveza cusqueña y al horno del jardín, el agotamiento y la afonía me han merecido mucho la pena.
Toda la suerte a Fabrizio Aguilar, Rocío Sierra y Gonzalo Ladines con "Wachi y Tesla", a Fico García y Pilar Roca con "Piel de fuego", a Rocío Lladó con "Teresa, la novia del libertador", a Nilo Pereira con "El testigo", a July Naters con "Malos deseos", a Héctor Mata con "Tres", a Evelyne Pegot con "La hora azul", a Héctor Turco con "Helme", a Hugo Valdez y Ever Sandoval con "Extorsiones" y a Fernando Villarán y Gonzalo Ladines con "Viejos amigos". Toda la suerte, y mi agradecimiento.

Vivir la ficción

En www.bloguionistas.com David Muñoz ha escrito un post muy interesante (y no es porque mencione "Cuéntalo Bien") sobre el libro "The Golden Theme", que también tiene una pinta muy interesante.
Cito directamente: "Podemos aprender las lecciones de una historia porque, en lo que respecta a nuestros cerebros, realmente nos ha pasado a nosotros. McDonald también responde una pregunta que yo me he hecho muchas veces: ¿por qué asumimos todos que las historias necesitan conflictos? Su respuesta es: Las historias necesitan conflictos porque nadie necesita saber cómo salir adelante cuando las cosas van bien. Los malos momentos son los que nos enseñan a sobrevivir tanto en la vida como en las historias".
Aunque posiblemente no sea el único motivo, este enfoque antropológico me da muchas ganas de saber qué más cosas dice el tal Brian McDonald. Si me animo a leer su libro, lo comentaré por aquí.

La única historia

"Poder es la habilidad no sólo de contar la historia de otra persona, sino de hacer que sea la historia definitiva".

Lo cuenta en una conferencia una novelista nigeriana, Chimamanda Adichie. Cuenta también que cuando empezó a escribir con siete años, sus personajes bebían cerveza de jengibre y comentaban entre ellos que era una suerte que hubiera salido el sol. La muy recomendable conferencia, aquí.

Derechos de autor

En 1952, John Cage publicó "Silence", una "canción" de cuatro minutos y medio. Se trataba de una experiencia vanguardista en la que los músicos permanecían en silencio. En el año 2002 el compositor británico Mike Batt (The Planets) publicó el disco "Classical Graffiti", que incluía la canción "A one minute silence". Se trataba de otra canción de 60 segundos de silencio. Peters edition, gestora de los derechos de la obra musical de Cage demandó a Batt exigiendo la reparación económica por el uso sin autorización de una cuarta parte de "Silence". Batt argumentó en su defensa que, mientras que la canción de Cage ofrecía una experiencia ambiental de la presencia del silencio, la suya simplemente pretendía expresar la ausencia de ruido. También sostuvo que la grabación de su silencio era digital y la de Cage, analógica. Finalmente, Batt aceptó una solución extrajudicial por la que debió indemnizar a Peters Edition con un número de seis cifras que no trascendió.
Esto lo cuentan Alejandro Néstor García y Mario Silar, en "Nuestro Tiempo".
Una versión diferente deja a Batt de tío guay.

Aquí, "4:33" interpretada en un concierto

Tabaco. Causa. Efecto.

Digo en "Cuéntalo bien" que nunca he sabido, por ejemplo, cómo calculan las cifras de "Muertos por causa del tabaco". Tampoco sé cómo pueden calcular los hosteleros las pérdidas que hoy anuncian por culpa de la ley antitabaco.

Lo que sí sé es que una de las cosas más complicadas de desarrollar guiones es trabajar la causalidad en la trama. El famoso "por tanto... por tanto... por tanto..." en vez de "y luego... y luego... y luego". Las causas y sus efectos son difíciles de detectar en la vida real. En la ficción, más que detectarse, se inventan: de entre todas las posibilidades, el autor elige las que más le convienen.

Como con lo del tabaco. A mí, para pasmo de amigos y conocidos, la nueva ley no me afecta demasiado. Ahora paso más tiempo, de ocio y de negocio, en casa. Ahí sí que tengo clara la causa efecto: si no puedo fumar en los bares, paso menos tiempo de bares. A partir de ahí, no sé: que bajen los ingresos de la hostelería puede ser por causa de la ley antitabaco o de la crisis. Si el turismo aumenta, puede ser porque hubiera extranjeros que se resistían a venir a España por no exponerse al veneno ambiental. Si desciende el turismo, igual es que muchos extranjeros venían a España de juerga insana. Si ahora todos dejamos de fumar, ¿el efecto será que el Estado se forrará al ahorrarse los gastos de nuestras enfermedades tabaquistas? ¿o se arruinará al quedarse sin nuestros impuestos y tendrá encima que pagar más pensiones porque viviremos cien años, frescos y rozagantes, sin nuestras enfermedades tabaquistas? ¿Serán en general buenos o malos los efectos de la ley antitabaco? Y, sobre todo, ¿cómo vamos a saberlo nunca? ¿No dependerá siempre del narrador, de quien exponga esa relación de causa efecto?

Por eso yo no argumento en pro o en contra de la ley. El tiempo dirá si fue oportuna -lo dirá pero no lo entenderemos o tergiversaremos sus palabras. Entretanto aquí estoy, divinamente, en casa, fumándome un pitillo, sin incordiar a nadie.

Águila Roja

Medio estupefacta medio enganchada, aquí estoy viendo un porrón de episodios de "Águila Roja".
"Anoche intentaron volver a matarme", acaba de decir Hernán, el comisario.

Prejuicios, batallitas, sentido común

"Es hombre de humor abundante y original, ha llegado a la conclusión de que las gentes con prejuicios nunca pueden razonar con sentido común, y que los que se expresan audazmente son capaces de fanfarronear y dejar mudos a sus oyentes; por todo ello, nunca se mete en discusiones, sino que lleva hábilmente la conversación por terreno superficial, y luego les narra historias de sus viajes, campañas y aventuras de caza, con un estilo peculiar, calculado adecuadamente para despertar y avergonzar el buen sentido de los que lo han perdido por prejuicios y malos hábitos".

Rudolf Erich Raspe, "El barón de Munchausen"

No me gusta nada la traducción, así que aquí va también el original:

"He is a man of great original humour; and having found that prejudiced minds cannot be reasoned into common sense, and that bold assertors are very apt to bully and speak their audience out of it, he never argues with either of them, but adroitly turns the conversation upon indifferent topics and then tells a story of his travels, campaigns, and sporting adventures, in a manner peculiar to himself, and well calculated to awaken and shame the common sense of those who have lost sight of it by prejudice or habit".

Feliz Navidad

Secuencias arrozlechistas

De un post de Carlos García Miranda en la muy recomendable página de bloguionistas:

"En el segundo acto había ligeros avances, pero también muchas secuencias de “arroz con leche”, del tipo:

HECTOR
(preocupado)
Jacinta, ¿te acuerdas lo que pasó en esa habitación?

JACINTA
(tocada)
Pues claro que me acuerdo… No he podido olvidarlo.

HECTOR
(angustiado)
Nunca debiste contármelo…

JACINTA
Tenías que saberlo, algún día lo harás tú…

HECTOR
(con miedo)
¡No, saldrá mal! Déjalo, no quiero volver a hablar de ello.

Así durante dos páginas. ¿De qué estaban hablando? Pues de la receta del arroz con leche. O sea, de nada, pero aparentemente de algo supermisterioso porque en esta serie lo de “arriba arriba” y “de más a más” era la religión. Hubo muchas secuencias arrozlechistas con avances tramposos, pero, ¿sabéis qué? Colaban".

Con este post se montó una polémica tremenda porque había quienes acusaban al autor de despreciar a la audiencia o de querer vengarse de la productora o de ser un jactancioso. Es el riesgo de los blogs, que escribes pensando en un tipo de lector pero resulta que te lee otro tipo de lector, y se lía parda.

Pero yo a lo que iba es a lo de secuencia "arrozlechista", que me parece un palabro maravilloso. Como no he visto la serie en cuestión, no sé qué tal estaban esas secuencias, pero me puedo creer que al público le funcionaron. Y es que uno de mis últimos descubrimientos es que las trampas funcionan, que el efectismo no cabrea a la gente tanto como me cabrea a mí, y que lo que guionistas y desarrollistas y expertos varios juzgan elegante tiene poco que ver con lo que al público le mola. Es un descubrimiento desasosegador, porque últimamente cuando en una reescritura me preguntan "cuál de estas opciones creo que es la mejor" tengo que pensar cuál me parece la elegante y la bonita, y entonces me asalta la sospecha de que posiblemente funcione mejor la otra.

Me recuerda a un viaje a México que hice con unas amigas. Cuando llegábamos a algún cruce me decían: "¿Tú por dónde irías?". Conociendo mi sentido de la orientación tomaban, invariablemente, la dirección contraria. Y solían acertar. No me tiro piedras contra mi propio tejado, no, porque también está bien una story editor que te sugiere siempre la opción que no deberías tomar...

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